Fue un costa a costa Bilbao-Huelva con motivo de un congreso sobre inmigración. Fue una larga conversación que se prolongó hasta el anochecer. Y una puerta que se abrió hacia una nueva vida tras aquel primer día de viaje iniciático en tantos sentidos.
En Huelva sentí por primera vez que estaba dentro del Islam, que había atravesado el espejo. No miraba al muslim, era un muslim. Había buscado en esa dirección y Allah subhana wa ta ala me guió, me ayudó, me facilitó la tarea.
Al hamdu lillah, seis meses después dije mi shahada en público en una mezquita repleta de musulmanes, tras el salat yumua.