Assalamu alaykum, cuando el Islam inició su andadura en la Arabia del siglo VII, imperaba la yahiliya. El salvajismo. La ignorancia. Era una sociedad fuertemente tribal y violenta en la que las cuestiones de honor jugaban un papel fundamental. El alcohol se consumía inmoderadamente. La situación de la mujer era la de un ser tratado como un animal, comprado y vendido prácticamente como un esclavo. Reinaba el desorden en múltiples aspectos de la vida. Espiritualmente, la Kaaba estaba repleta de figuras de ídolos, cerca de 250, ya que los árabes eran tremendamente supersticiosos.
Al hamdu lillah, con la llegada del Islam y con el ejemplo del profeta Muhammad (saws) un nuevo orden se convierte en la propuesta que resultará triunfadora.
Más de 1400 años después, Saudía es una sociedad con cierta tasa de corrupción y de injusticia, los saudíes no son humanos excepcionalmente virtuosos. Las normas islámicas no se aplican como a muchos musulmanes del resto del mundo nos parecería más conveniente. Pero el camino recorrido desde aquella yahiliya preislámica ha sido largo y los cambios han sido profundos, marcantes.
Al hamdu lillah, también en nuestra sociedad alcohólico-bancaria, en esta Europa del 2007, imperan los excesos y un orden islámico es la propuesta de una minoría de pacientes y perseverantes musulmanes, a pesar de todas nuestras fitnas y debilidades.
Quiera Allah subhana wa ta ala guiarnos, ayudarnos, facilitar nuestra tarea y perdonar nuestras faltas, amín.