Assalamu alaykum, hace varios años que una parte de la Comunidad musulmana de Bilbao, desde Assabil, inició un diálogo interconfesional con cristianos y personas que profesan otros sistemas de creencias. La serie de contactos resultó tocada por el clamoroso silencio de los no-musulmanes durante la crisis de los dibujos anti-islámicos en Dinamarca y Francia. Sin embargo, desde Assabil no se ha cerrado ninguna puerta y de hecho recientemente un grupo internacional de jóvenes de diferentes creencias visitó la Mezquita Assalam (sin entrar en la musala).
El debate sobre la pertinencia o no de un diálogo con los no-musulmanes está abierto, pero no es el motivo de esta reflexión. Pienso más bien en las palabras de Tariq Ramadan en Bilbao en diciembre de 2005, cuando insistió tanto en la urgente necesidad de que los musulmanes hablemos unos con otros. Se trata de la cuestión del diálogo intrarreligioso.
En pleno Aid un hermano en la mezquita Assalam decía que los chiitas no hacen la shahada con Muhammad (saws) en la segunda parte, sino mencionando a Ali. Esto les sacaría del Islam ya que no compartirían la shahada de los sunníes. Es un ejemplo de lo que muchos musulmanes sunníes piensan y conocen sobre el chísmo.
Nos enfrentamos a dos problemas fundamentales: uno es la indiferencia y el recelo hacia todo lo que se pueda considerar no-sunní. El otro, y su consecuencia, es la falta de conocimientos de los musulmanes unos sobre los otros, entre hermanos que no comparten al 100% una visión o una práctica del Islam. En Europa tenemos una Umma real, de carne y hueso, con un déficit educativo importante, en muchos casos. Tenemos musulmanes reales que ignoran lo más básico de lo que se podría llamar la geografía y la historia del Islam.
¿Cómo entablar un diálogo intrarreligioso si existe esta desconfianza, esta indiferencia y esta notable falta de conocimientos básicos? ¿Estamos acostumbrados a un diálogo sosegado y respetuoso entre sunníes de sensibilidades distintas: salafis, tablighis, Justicia y Caridad, Ijuan al Muslimin, wahabbíes, sufis sunníes? ¿Todos juntos, escuchándose unos a otros, diciendo sus verdades?
Desde ya, cabe hacerse la pregunta esencial: ¿necesitamos este diálogo? ¿es el diálogo entre musulmanes una pieza básica para el fortalecimiento y la unidad de la Umma? ¿acaso los peores enemigos de la Umma son tales o cuales musulmanes: los iraníes duodecimanos, los sufíes, los Hermanos Musulmanes?
¿No estaremos bloqueados, a pesar de la gran fuerza del Islam, porque hemos renunciado precisamente a la unidad, prefiriendo las fitnas y las querellas intestinas?