miércoles, 10 de enero de 2007

Meditaciones /2/

Assalamu alaykum wa rahmatullah wa barakatuh. El Islam es un sistema completo de vida, un modelo global. Afecta a todo y a toda acción. Por eso, a los nuevos musulmanes nos resulta muy dificil gestionar la imperfección, los errores, los fracasos, las carencias y los márgenes. Queremos cumplir en todo, ser musulmanes impecables. Apuntamos en la lista aquello que conseguimos y aquello en lo que fallamos. El examen es constante, a veces agotador.

En un segundo momento, aprendemos, a veces, con ayuda de Allah subhana wa ta ala, de nuestros hermanos que siempre han sido musulmanes, venidos de familias musulmanas. Una cosa que yo considero básico aprender es su gestión de la imperfección y de los errores. Voy viendo que ellos y ellas pueden perfectamente fallar en cuestiones clave y sin embargo saben vivir pacientemente con ello, sin gran stress, para mi asombro. Saben cosas. Saben que todo el mundo tiene sus debilidades y que el Rahman es el Mayor Perdonador, el mejor Guía, y que la vida de un muslim es su devenir islámico, su viaje, no la imagen de un instante fijado en la cámara. Saben que el Islam es el camino recto, pero que los musulmanes tenemos subidas y bajadas de imaan, que tomamos desvíos.

Para los nuevos musulmanes europeos es dificil gestionar el contraste entre el modelo islámico y la vida real de todos los días. Esta tensión puede ser una de las causas de nuestras dificultades para relacionarnos con nuestras familias y amigos no-musulmanes y también para integrarnos de verdad en una mezquita o en un grupo amplio de hermanos, que aquí suelen traerse toda su cultura árabe en pleno colapso, por no hablar de la diferencia mental y linguística.