miércoles, 17 de enero de 2007

Meditaciones /3/

¿Qué vida intelectual podemos hacer los nuevos musulmanes de las pequeñas y medianas ciudades del Oeste de Europa? ¿Dónde encontrar infraestructuras culturales islámicas: centros islámicos dotados de recursos, librerías, algo como un café o un salón de té? ¿Mezquitas, organismos oficiales o para-oficiales, asociaciones que ofrezcan actividades culturales islámicas, cursos, exposiciones? ¿Dónde conocer gente que no sólo viva para el trabajo, la familia y algunos momentos en la mezquita, aqiqas y bodas?
¿Hay que marcharse a París, Londres, Berlín, Istanbul quizás, Sarajevo, Bruselas?
¿Por dónde empezar? ¿Quién lee? ¿A quién le interesa concentrarse un momento para escuchar al otro, debatir, aprender a pesar de las diferencias, dejando de lado los sucesos recientes de la pequeña Comunidad local?
¿No corremos el peligro los nuevos musulmanes de, paralelamente a nuestra inmersión en la Comunidad musulmana, ver bajar, disminuir, periclitar, estancarse y jibarizarse la ya no muy brillante actividad neuronal que esta sociedad consumista nos permite? Si ya nos cuesta pensar en términos de análisis intelectual, ¿cómo hacerlo desde la pertenencia a una Comunidad musulmana casi siempre carente de todos los recursos, hasta los más básicos, como la educación?